Vehículo de Expresión.
La “Ale-Gria” es la expresión de la GRACIA Divina. Lo cual no quiere decir que en todos los casos hagamos un uso Divino de la alegría.
Si no hay alegría no hay emoción, puesto que es la materia prima con que se construyen las emociones y los deseos.
Aunque popularmente reconocemos a alegría en la última de las dos, la Gracia en su expresión atraviesa dos etapas muy diferentes.
Etapa básica de la expresión de la Gracia es cuando esta “frecuencia emocional básica” alimenta y adopta la forma de alguna emoción que no se considera alegría. Como por ejemplo la prisa, la rabia, el miedo, la envidia, los celos, el enamoramiento o cualquier otra emoción que se precise, o no en el momento.
La segunda etapa, mucho más conocida, es cuando esta Gracia no necesita adoptar la forma de otra emoción y se expresa en forma de risa, sonrisa u otras formas que reconocemos como alegría. En cuyo caso podemos observar algún tipo de excedente o presión emocional. Si esta Gracia consigue y DEBE atravesar el cuerpo emocional sin obstáculo ni presión alguna, con suavidad, estamos hablando de la felicidad o lo que en el Yoga se conoce como Santosha.
Lo peor que puede ocurrir con la alegría es que se atasque y con ello desaparezcan todas las emociones y la alegría de vivir. Es lo que conocemos como la depresión, un estado emocional depresivo es aquel en el que la Gracia no consigue expresarse como debiera en el formato emocional que se precise. No confundir la depresión con la tristeza que cuando se canaliza correctamente es una forma de redireccionamiento de la Gracia hacia sí misma.
A menudo se sostiene que la emoción contraria a la alegría es la tristeza. Siendo cierto que la tristeza apunta a la consciencia hacia adentro y podemos apreciar una diferencia en el sentido, ya que la alegría apunta hacia el exterior. En la tristeza sana hay un flujo emocional, un flujo de alegría dirigida hacia el SER.
Para ser exactos, el estado emocional opuesto a la alegría, y por extensión a todas las emociones, es la depresión donde la Gracia no fluye y está atascada. La depresión es un bloqueo o ausencia de la alegría de vivir que en muchos casos viene precedida de cuadros severos de ansiedades (deseos) mal canalizadas.
A menudo se repite que la alternativa a la depresión es la alegría y esta afirmación reviste algunos peligros en su interpretación. La alternativa a la depresión es la canalización de todas las emociones y los deseos en función de la coyuntura que se esté viviendo. Incluyendo la alegría como una más de las emociones. Hay momentos en los que hay un exceso de presión que no requiere de otras emociones y por lo tanto corresponde reírse o mostrarse eufórico, pero también es cierto que hay muchas alegrías que son del todo improcedentes. Si bien es cierto que hay momentos en los que disponemos de un sobrante emocional cuya expresión produce una agradable sensación, también orinar produce placer cuando se necesita y nadie defendería que hay que estar constantemente orinando. Estar constantemente derrochando emoción, aunque esta sea la alegría va en contra de la ley de economía.
“Estar bien” no es estar constantemente derrochando alegría.
Si hay motivo para la expresión de un excedente emocional, estupendo. Pero si estoy en paz sin nada que “vaciar”, también es igual de estupendo.
Aunque las emociones merezcan respeto de entrada, no todas las emociones son siempre oportunas y respetables.