¿A quién le toca? ¿Qué le toca? Es una pregunta importante.
Observo que, en muchos casos pasamos a juzgar otras consideraciones sin tener claro la correspondencia de la autoría. Hacer la pregunta correcta simplifica mucho las cosas.
A cada uno le corresponde lo suyo, y sólo lo suyo. Eso si, podemos ser responsables por omisión.
Cada verbo es responsabilidad de su dueño.
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- Ejemplo: Al que paga, le corresponde pagar, al que cobra le corresponde cobrar. Al que pega…? Al que cobra…? Al que mata…? Al que muere…? ¿Al que insulta…? ¿Al que se siente insultado…?
El concepto de correspondencia no entra a juzgar ni sentenciar culpas o inocencias, sólo establece la responsabilidades, luego quedará establecer mayores consideraciones.
Antes de ser culpable hay que se responsable
No puedo ser culpable de algo que no me corresponde. Aprovecho para añadir que los conceptos o las entelequias no pueden asumir co-responsabilidades. Sólo los individuos son responsables de sus actos.
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- Ejemplo: No pueden ser responsables: Las familias, los países, las cuadrillas, la pareja, los equipos. En todos estos grupos, nadie asume la responsabilidad porque no existen como su, sólo son ideas.
“el uno por el otro, la casa sin barrer”