¿Soy la mejor persona que puedo ser?

Vaya preguntita, verdad? Pues es una pregunta que es interesante hacérsela de vez en cuando… incluso diría que un poco más a menudo que de vez en cuando. Me atrevería a decir que a diario !!

Para saber qué persona soy lo primero me debo de conocer… por lo que me puede ayudar conocer alguna cosita.
Buscando la etimología en internet me ha aparecido que la palabra persona viene del latín persona, o sea máscara usada por un personaje teatral. El latín lo tomó del etrusco, phersu y este del griego prósopon = máscara. «Máscara» en griego está formada de pros = delante y opos = cara, o sea «delante de la cara».
De dónde nos viene la palabra persona nos da alguna que otra pista, máscara. Persona nos lleva a personalidad y la personalidad está formada por tres cuerpos que son el físico, el emocional y el mental.
Para saber qué tipo de persona soy, es decir qué tipo de máscara llevo, es importante conocer de qué van esos tres cuerpos. Normalmente solo llamamos cuerpo al cuerpo físico porque es el más grosero, el que podemos tocar y percibir con nuestros sentidos. El emocional y el mental también son cuerpos aunque de una densidad más sutil, es decir los átomos que lo forman vibran más rápido. Recordemos que todo es energía y cuanto más baja o lenta es esa vibración, más burdo o grosero es el cuerpo, es más denso.

Es importante conocer cuál es el funcionamiento de cada uno de esos tres cuerpos para poder ir haciéndonos dueños de ellos, pero esto de hacerse dueño lo dejo para otro artículo. A lo que voy es que debo de conocer cuál es el cuerpo dominante. Debo de conocer si estoy más en la mente, en el mundo de las ideas… o más emocional, que todo lo siento de una manera más intensa… o si me identifico más con mi cuerpo, en cómo funciona mi cuerpo físico, en lo que me pide y lo que puedo hacer con él… y así hacernos una ligera idea para saber cómo es mi máscara, la máscara con la que me presento.

Todo esto lo podemos ir averiguando de varias maneras…

Una, enfocándonos en lo de fuera e ir viendo cómo va pasando la Vida por nosotros y pensar que es lo de fuera lo que hace que reaccionemos de una u otra manera… dando el poder sobre nuestros pensamientos, emociones y acciones a todo lo de fuera que nos lo «provoque». Entonces vamos dando bandazos dependiendo de dónde sople el viento… este camino es muy tortuoso ya que regalas tu poder a todo lo externo.

Y dos, enfocándonos hacia dentro, y observando desde dentro, desde esa parte de tí que se da cuenta de tus pensamientos, de tus emociones, de tus acciones… dándonos cuenta de cómo somos, sin dar el poder a lo de fuera, sino conectando con nuestro propio poder para hacernos dueños de nosotros mismos… Cuando nos vamos haciendo dueños de nosotros mismos, no os creáis que es de un día para otro, no es una carrera de 100 metros, sino es una de laaaaaarga distancia… es la maratón de la Vida, pues como decía, si nos vamos conociendo, empezamos a poder hacernos dueños de nosotros mismos y al ir haciéndonos dueños de nosotros mismos, podemos ir cambiando lo que deba de ser cambiado para ser la mejor persona que puedo llegar a ser. El poder lo tengo yo.

Una buena costumbre es al finalizar el día cuando nos metemos a la cama o unos minutos antes, el tomarnos un tiempo para reflexionar sobre cómo ha sido nuestro día, todo lo que he hecho y cómo lo he hecho. Si he metido la pata en alguna situación, si he dado alguna mala contestación, si he hecho daño a alguien, si me lo he hecho a mí, si he hecho las cosas de cualquier manera o quizá las hubiera podido hacer mejor dándolo todo lo que hubiera podido hoy… después de ese «examen de conciencia» me puedo quedar así, simplemente recordando y enumerando mis acciones o puedo ir un poco más allá… entonces vendría el «propósito de enmienda», que no es más que con todo lo mejorable hacernos el firme propósito de enmendarlo, de mejorarlo al día siguiente, si nos dan la maravillosa oportunidad de tener el regalo de un nuevo día.
De esta manera, repasando a diario cómo actúo y desde dónde actúo, podré ir siendo cada día una mejor persona respecto a mi yo de ayer… ser mejor que ayer. Vamos puliendo la personalidad, la máscara.

OM Shanti !!
Umadevi

Preguntas para la reflexión

• ¿Cuándo fue la última vez que me pregunté si soy la mejor persona que puedo ser?
• ¿Conozco cuál de mis tres cuerpos (físico, emocional o mental) domina mis decisiones?
• ¿Qué “máscara” muestro al mundo y hasta qué punto me identifico con ella?
• ¿Me dejo llevar por lo que ocurre fuera o soy capaz de observarme desde dentro?
• ¿En qué momentos regalo mi poder a lo externo y cómo puedo recuperarlo?
• ¿Qué comportamientos de hoy podrían haber sido más conscientes o amables?
• ¿Qué cambios pequeños puedo hacer mañana para acercarme a mi mejor versión?
• ¿Me permito el espacio diario para reflexionar sobre mis acciones y actitudes?
• ¿Qué partes de mi personalidad necesitan ser pulidas con más urgencia?
• ¿Estoy comprometido con el proceso, aunque sea largo y lleno de retos?

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