Para bien o para mal, una determinada palabra, en un determinado momento, puede cambiar una vida. Por eso es importante entender las palabras que usamos todos los días y saber en qué categoría se clasifican. Así como en el mundo de la joyería no todo lo que brilla es oro, en el mundo de la psicología, la filosofía y la espiritualidad tampoco todo lo que se cuenta es igual de útil. Muchas palabras son bendecidas o malditas, simplemente porque así las conocimos y así seguimos difundiendo.
Hoy queremos ofrecerte una sencilla y a la vez poderosa herramienta para diferenciar entre valores, pecados, virtudes, vicios y palabras neutras. A esta herramienta que está basada en dos polaridades muy diferentes, la hemos llamado la brújula Dharmica.
Empezaremos por la polaridad horizontal. Es una escala de color que va del frío violeta al cálido, rojo. En el yoga, a esta polaridad le llamamos Ha Tha, y en el Tao, la polaridad Yin Yang. Masculino y femenino, día y noche, extroversión e introversión, mano izquierda o mano derecha son algunos ejemplos. En esta polaridad horizontal encontramos muchos de los conceptos que conocemos y usamos a diario y la principal característica es que los conceptos que aquí encajan requieren de medida y término medio.
Un ejemplo sería la polaridad entre la amabilidad y la agresividad. La amabilidad, como expresión afectuosa y cálida, puede convertirse en complacencia y abnegación si se lleva al extremo. En el lado opuesto, la agresividad, aunque necesaria en ciertas situaciones para defender nuestros derechos y avanzar, puede volverse crueldad u hostilidad si no se controla. Por lo tanto, debemos encontrar una medida sana y sensata, donde podamos ser firmes y sin exceso, y amables, sin abnegación.
Como en esta polaridad debemos cuidar la mesura, podemos atribuirle la famosa frase de Paracelso, “en la dosis está el veneno”
Todas aquellas actitudes que, llevadas al extremo, producen sufrimiento encajan dentro de esta polaridad horizontal. Basta con identificar el polo opuesto del concepto y comprobar si se ajusta.
La otra polaridad es muy distinta a la anterior. En la escala vertical, de tonos o de grises, también encontramos los símbolos positivo y negativo, pero son muy diferentes a los de la escala horizontal. En lugar de la polaridad masculino-femenino, tenemos la polaridad bien-mal, representando la dualidad entre la oscuridad y la luz.
En el polo positivo teneos las palabras buenas como el Amor, la Bondad, la Honradez, la Justicia, la Consciencia, la Voluntad o la Belleza. Son las virtudes, arquetipos, baluartes y valores Espirituales que debemos maximizar y cultivar para prosperar de verdad y profundamente. Cuanto más, de esto, mejor.
En el polo opuesto tenemos conceptos negativos como la injusticia, la inconsciencia, la irresponsabilidad o el pecado. Aquí, la regla es clara: Son las palabras que inequívocamente debieran desaparecer de nuestra conducta. Cuanto menos, de esto, mejor.
Esta brújula nos servirá para no confundir, como ocurre a menudo, entre positivo-masculino y positivo-espiritual, o negativo-femenino y negativo-maldad. Al comprender y diferenciar estas escalas, podemos navegar mejor por la vida, añadiendo esfuerzo donde merece, equilibrando acciones, aspirando a los valores más altos y reconociendo lo malo en cuanto aparece como tentación.
Usando la metáfora del funambulista, él avanza por el cable, que simboliza la escala de grises, mientras mantiene el equilibrio con la vara, que representa la escala de colores.
En resumen, en la escala horizontal, buscaremos el equilibrio entre positivo y negativo. En la escala vertical, aspiraremos a maximizar lo positivo y minimizar lo negativo.
Gracias por acompañarme en este maravilloso viaje de aprendizaje compartido y hasta la próxima.
Audios de la Palabra
Vídeos de la Palabra
¿Un café?
Apreciamos mucho tus comentarios
Esta ciencia milenaria que ha venido de la India aparece con fuerza implantándose poco a poco, pueblo a pueblo en nuestra sociedad ayudando a sentirse mejor a quien lo practica. En muchos recuperanado su salud, reencontrándose consigo mismos, descubriendo todo ese maravilloso mundo interior del cual, en ocasiones, se ha estado huyendo.
0 comentarios