Juzgar
PARADOJA: Afirmo que la mente siempre miente. Luego, esta afirmación también es mentira.

Digamos que la función de la mente es escanear la realidad para aproximándonos a ella mediante imágenes-copia. Estas imágenes nunca son la realidad, solo son copias más o menos realistas. La Verdad y la realidad ya son por sí mismas, tanto si pensamos en ellas, como si no. Al pensarlas, solo las reflejamos. Un ejemplo: Al pensar en un bolígrafo, me puede parecer que tengo un bolígrafo en mi mente. Pero por mucho que lo piense, jamás podré escribir con ese bolígrafo. Sencillamente, porque no es un bolígrafo, es un pensamiento.

Seguro que has escuchado decir; “esto que digo es verdad”, o en “este libro está la Verdad”. Pues no, digamos que es una idea paralela, un reflejo, un pensamiento y eso es real e importante porque el pensamiento es importante, pero no es el original que refleja.

Ya lo dijo El Buda:
No es más verdad porque este escrito en libros importantes;
No es más Verdad porque lo digan personas importantes;
No es más Verdad porque se venga repitiendo desde antaño;
Y no es más Verdad porque lo repitan muchas personas a la vez.
¿Entonces, cuando es Verdad? …Cuando es Verdad.

Paradójicamente, nada de lo que estoy escribiendo es la Verdad. Resulta relajante saber que nada de lo que pienso es Verdad. Vamos, que acepto mi locura como esa distancia entre mis pensamientos y la realidad. Solo espero que sea una buena aproximación y que la distancia no sea excesiva.
Por cierto;
Líbrate de aquel que no sepa lo loco que está.

He aquí otra paradoja: Desde que era pequeño, he venido escuchando que “no hay que juzgar” que “¿quién soy yo, para juzgar a nadie?” Después de sentirme culpable porque no podía evitarlo en la intimidad de mi mente, después de juzgarme como alguien malo malísimo por hacerlo, por fin tengo la respuesta. ¿Qué quién soy yo para juzgar?… Pues yo. Y lo digo con la tranquilidad de saber que debemos hacerlo a todas horas. Eso sí, solo aquello que corresponda juzgar y de la mejor manera posible.

Juzgar es pensar. Al decir que no hay que juzgar, estamos emitiendo un juicio (menuda paradoja). Pensar es gestionar información…“Inferir, conectar, y concluir”. Eso es razonar. Una persona que no juzga, no puede tener sano juicio ni criterio propio, ¿criterio de criticar? Sí de criticar, (no confundir con cotillear – Vive y deja vivir). Construir un criterio es lo mismo que juzgar y que razonar. Alguien querrá suavizarlo diciendo; “lo que no está bien es condenar”. Pues llegado el caso, también hay que hacerlo porque somos igual de responsables por acción, como por omisión. Pasando de largo no somos mejores. Ser bueno es ser justo, y para ser justo hay que implicarse cuando toca. Eso sí, solo cuando toca.

Confío en que sabrás discernir con buen criterio Átmico y sano juicio como lector, esta sarta de “no verdades”. Espero que sean juicios y criterios justos, útiles, adecuados, sanos y sensatos. Dejaremos para otro día profundizar en el uso que debemos hacer con estos juicios ¿Cuándo hay que expresarlos?, ¿Cómo?, ¿Cuánto? ¿Dónde? Y ¿para qué?.
La solución a la mentira de la mente, no es dejar de pensar. La mente hay que usarla y sacarle el mayor partido posible. Sabiendo que nada de lo que nos cuenta es la verdad, solo son aproximaciones. Incluso debemos juzgar nuestros propios juicios y prejuicios para actualizarlos con Sensatez, ¡ay bendita sensatez…! Qué palabra más bonita.

Ahora te corresponde a ti juzgar y criticar este artículo. Pero me temo que lo tienes difícil, porque, tanto si estás de acuerdo, como si tu conclusión es que estás en desacuerdo con lo que digo, estarás juzgando mi juicio.
Gracias por leerlo.
Vashista

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Nekane
Nekane
7 months ago

Despues de leer este articulo, tengo mayor certeza sobre el hecho de juzgar.
Creo que has recogido una informacion muy importante que aporta gran verdad.
Gracias!