
Una vez una niña de 11 años a la que conocí dando clase en un campus de verano, me dijo ¿cómo vas a dar caramelos si no tienes caramelos?. Esa niña entendió a la perfección lo que les estaba explicando de Amarse a una misma.
Es importante revisar cuál es mi lista de prioridades, revisar cuál es el lugar en el que me pongo y si no ocupo el primer lugar, es que algo no está como debería.
Nos han enseñado que nunca hay que ponerse en el primer lugar, que éso es egoísmo, nos han enseñado que primero los demás y después yo. Como venimos de una tradición judeo-cristiana, nos decían que como ya nos predicó el Maestro Jesús «Amarás al prójimo como a tí mismo»… Aunque parece que solo se quedaban con la primera parte de la frase, haciendo caso omiso de la segunda parte «COMO A TÍ MISMO». Amar al prójimo, por supuesto, pero como a mí misma… primero debo de empezar a Amarme a mí, porque si no sé Amarme a mí, cómo voy a poder Amar a los demás? Si no tengo caramelos, cómo voy a dar caramelos?
El ponernos en primer lugar no significa el conjugar el «yo mí me conmigo», que eso es puro egoísmo, significa el pasar tiempo de calidad con nosotros, tiempo de la nariz pa’dentro, para conocernos en primer lugar, para saber cómo estamos a todos los niveles y poder atendernos tanto a nivel físico, como emocional, como mental, como espiritual. Si no paso tiempo de calidad conmigo, y a tiempo de calidad me refiero tiempo totalmente a solas sin ningún tipo de estímulo como las pantallitas, pues no puedo llegar a conocerme, si no me conozco no sé lo que necesito para estar bien, si no sé lo que necesito para estar bien no me lo voy a poder dar, si no me lo puedo dar voy a sentir siempre un vacío, si siempre siento un vacío voy a pensar que estoy incompleta y entonces voy a buscar llenar ese vacío con cosas, situaciones o personas que están fuera de mí. Y así me meto en un círculo vicioso de intentar llenar ese vacío con algo que lo llena momentáneamente, y como es algo efímero me vuelvo a sentir vacía y además frustrada y vuelvo a buscar otra cosa y me vuelvo a sentir vacía… y así hasta el infinito porque de lo que debo de llenar ese vacío que siento no es de nada externo, debo de llenar ese vacío de mí… conectando conmigo.
Somos seres divinos y como tales somos Amor, y ese Amor se manifiesta en diferentes Actitudes Amorosas como son la comprensión, la aceptación, la tolerancia, el contento, la gratitud, la humildad, la serenidad, la ecuanimidad, la voluntad, la perseverancia, la bondad, la nobleza, la fortaleza, la veracidad, la armonía, el respeto, la amabilidad, entre otras. Si hacia mí misma no me trato con esas actitudes, pues es muy difícil el tratar a los demás desde esas mismas actitudes, ya que serán impostadas y terminaremos agotadas. Si hacia mí misma me trato con respeto, con tolerancia, con aceptación, desde la calma, no engañándome, si me trato de una manera amable, con bondad, sin juicios, plena de contento… pues lo estoy trabajando a nivel interno, me estoy Amando porque me estoy tratando como me merezco. Y al trabajarlo en mí luego será mucho más fácil, ya que saldrá de una manera natural, el tratar a los demás de la misma forma.
Cuando pasas ratos contigo misma te das cuenta de lo que necesitas en cada momento, te das cuenta de cuando tu cuerpo te está pidiendo el parar, te das cuenta cuando tus emociones necesitan una caricia tuya, desde tu interior, te das cuenta cuando tu mente no calla y le das su espacio para hacer el silencio o al menos enfocarla en algo que sea un bálsamo en vez de una fusta. Sencillamente, te das cuenta…
El autocuidado es tan tan importante… en lo que como, en lo que bebo, en lo que leo, en lo que veo, en lo que escucho, en con quién me junto, en mi casa, en la familia, en el trabajo… en todo !! En el autocuidado entra algo como son los límites, hacia mí y hacia los demás. El autocuidado es responsabilidad y la responsabilidad nos da libertad.
El Amarte es pasar tiempo con el Amor de tu vida, que eres tú… tú siempre vas a estar contigo y no crees que es mejor ir conociéndote? Eso sí, nadie ha dicho que sea fácil, como todo lo que merece la alegría requiere de esfuerzo y voluntad. La primera beneficiada voy a ser yo y los siguientes beneficiados van a ser las personas que me rodean porque todo ese trabajo no es para quedármelo yo solita y convertirme en una narcisista… ese trabajo es para poder ponerlo al Servicio de los demás dando siempre lo mejor de mí. Ese trabajo diario y contínuo es para ponerlo al Servicio de la Vida y seguir evolucionando.
Una vez dos de mis hijos cuando tenían 11 y 16 años más o menos, me preguntaron el porqué no llevaba en la pantalla de bloqueo del móvil, una foto suya como casi todas las madres. Les dije que ya les veía en vivo y en directo, y que éso era mejor que verles en una foto. Entonces me dijeron, pero no somos lo más importante de tu vida? Les respondí que no lo eran y se mosquearon. Les dije que eran lo segundo más importante de mi vida, que lo primero era yo… el Amarme, el meditar, el cuidarme, el pasar un rato a solas conmigo, el tener tiempo para mí… porque si no tenía todo eso iba a terminar de todo y de todos hasta el moño porque yo no iba a estar bien conmigo misma, volcándolo en los demás. Entonces tendrían una madre irascible, enfurruñada, triste, agotada emocional y mentalmente. Así que les pregunté, qué preferís, estar en el primer o en el segundo lugar de mis prioridades? Contestándome que en el segundo, en el segundo… Aprovechando la oportunidad para hablarles de lo importante que es Amarse.
Para terminar te invito a la reflexión, ¿cuántas veces haces cosas por los demás dejándote en último lugar? ¿Cuántas veces has dicho sí cuando lo que necesitabas era decir no?
Siempre es buen momento para empezar a invertir ese último puesto por el primero… y ese momento es AHORA… es en este instante. Sé tú prioridad para poder ponerte al Servicio de la Vida.
No te dejes para después, el momento es ahora !!
OM Shanti !!
Umadevi
Preguntas para la reflexión
• ¿En qué lugar de tu lista de prioridades estás tú?
• ¿Confundes amarte con ser egoísta?
• ¿Cuándo fue la última vez que pasaste tiempo contigo en silencio, sin estímulos?
• ¿Qué vacíos intentas llenar con cosas o personas externas?
• ¿Cómo te hablas a ti mismo cuando cometes un error?
• ¿Qué actitudes amorosas te cuesta más aplicar contigo?
• ¿Dónde estás descuidando tu autocuidado físico, emocional o espiritual?
• ¿Qué límites necesitas poner —o respetar— para cuidarte mejor?
• ¿Qué cambiaría en tu vida si te trataras como tu prioridad número uno?
• ¿Estás en disposición para decirte “sí” incluso cuando el mundo espera un “no”?
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