Se cuenta que una vez regresó a su pueblo un explorador que habÃa recorrido el Amazonas y todos lo rodearon ansiosos de oÃrle. Pero, ¿cómo expresarles con palabras las sensaciones sentidas contemplando la majestuosidad del rÃo, la belleza de los crepúsculos, la alucinación de la selva? ¿Cómo comunicar lo que experimentó frente al peligro de las fieras y de las inciertas aguas del rÃo? Y les dijo:
– “Id y descubridlo vosotros mismos. Nada puede sustituir al conocimiento que se adquiere por medio de la experiencia vivencial”.
Sin embargo, para orientarlos les hizo un mapa del Amazonas. Ellos tomaron el mapa y lo expusieron públicamente. E hicieron copias de él para cada uno. Y todo el que tenÃa una copia se consideraba experto sobre el Amazonas, pues, ¿no conocÃa acaso cada recodo del rÃo, y cuán ancho y profundo era, y dónde habÃa rápidos y dónde se hallaban los remansos?
El explorador se lamentó toda su vida de haber hecho aquel mapa.
Moraleja: La teorÃa es como un poste indicador que señala el camino para transformar la realidad. Pero quienes se obstinan en adherirse al poste se ven impedidos a avanzar hacia un conocimiento vivencial y enriquecido porque tienen la sensación de que poseen la verdad.

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