O dicho de otra manera ¿Qué sacrificas de tu ser auténtico por intentar encajar en todas partes?

Intentar gustar a todos es un esfuerzo constante por satisfacer tu necesidad de validación, en lugar de contactar con tu propia necesidad y tu límite.

Es gastar tu preciosa energía vital en “moldearte” al gusto de los otros y bloquearla al intentar ser “suave y apetecible” para todos.

Al buscar la aprobación universal, pierdes estructura, tu masa pierde sabor y te conviertes en una croqueta sin límites definidos.

Intentar gustar a todos es renunciar a quien realmente eres, en favor de una loca idea…” gustaré a todo el mundo”.

Tú solo existes auténticamente, cuando aceptas que serás irrelevante o incluso desagradable para otros. Es clave para tocar tus propios límites.

Al dejar de buscar la aprobación de los que no resuenan contigo, liberas tiempo y energía para reforzar las relaciones que sí son nutritivas. Estás reorientando tu conducta hacia sistemas de recompensa más sanos y coherentes.

Tu sabor de croqueta única es tu poder. Tu sabor puede ser demasiado fuerte, o inesperado… ¡y eso está bien! Tu poder (influencia sobre ti mismo) reside en mantener tu sabor único.

Elige tu propia receta.  Moldea tu masa a tu gusto. Acepta las críticas sobre la forma y el sabor y no cambies de ingredientes por ser más consumible, sino para ser mejor para ti mismo (y, desde ahí, lo serás para los demás).

Esta es la transición entre el “querer ser amado por todos” y el “elegir ser auténtico”.

¿Qué ingrediente esencial de tu ser estás diluyendo hoy para intentar ser la croqueta que otros quieren?

Aditya.